Ya lo había dicho el técnico Juan Reynoso, éste Puebla “no tiene techo” y luego de reponerse de un 0-2 ante Monterrey y de asumir ventaja – también de 2-0 ante León, el que finalmente se acercó 2-1, ya no tiene “techo”, podrá llegar lo más lejos que quiera.
Sí, por sarcasmo y burla habríamos dicho: “Éste Puebla puede ser campeón…” Pero ahora es con toda seriedad, por supuesto que puede ser campeón.
Éste Puebla tiene varios ingredientes, muy diferentes a sus anteriores protagonistas: Poblete Directivo, Joaquín “El Morocho” Velázquez como auxiliar técnico, Nacho Sánchez Barrera inamovible como entrenador de porteros, el preparador físico, los encargados de utilería y muchas otras personas más, coinciden en algo: Son “poblanos” (comillas porque Carlitos es chileno y el preparador físico argentino, pero son “Hechos en México”) y quieran o no, eso abona a la identidad.
La identidad en la cancha, la lleva Pablo González, nieto de Don Manuel Lapuente y contagia a sus compañeros para “dar batalla”, en cada centímetro de la cancha. La directiva presenta a Manuel Jiménez, empresario bien querido de Atlixco y que aun cuando hay quienes quieren catalogarlo sólo como un “presta – nombres”, la verdad es que ha hecho muchas cosas diferentes, que aun cuando no alcanzan las metas proyectadas, sí se notan.
Luego de 10 torneos cortos de no aparecer en Liguilla, éste Puebla llega tras ganar un repechaje ante Monterrey y precisamente estar así de “enrachado”, le hace pasar de víctima a victimario y si León vuelve a presentarse “sobrado” o confiado, aún en el mismísimo Estadio “Nou Camp”, puede despedirse de su brillante torneo regular.
Sí como usted lo lee y seguro no lo cree.